La depresión se define como una recesión severa y prolongada. Una recesión es una situación de disminución de la actividad económica. La disminución de la actividad económica se caracteriza por la caída de los niveles de producción y de empleo. Generalmente, cuando una economía sufre una recesión durante dos o más trimestres, se denomina depresión.
El nivel de productividad de una economía cae significativamente durante una depresión. Tanto el PIB (producto interno bruto) como el PNB (producto nacional bruto) muestran un crecimiento negativo al mismo tiempo que aumentan los fracasos empresariales y el desempleo.
Cuando una recesión continúa pasando factura a la economía, ello desencadena en más recortes en la inversión y el consumo debido a la pérdida de confianza de inversores y consumidores. Además, la crisis financiera puede dar lugar a una menor disponibilidad de crédito, una mayor fluctuación en el valor relativo de la moneda y una reducción del comercio. La Gran Depresión de 1929 es considerado el ejemplo más clásico de una depresión en la historia económica.